jueves, 4 de diciembre de 2008

Cercanías Lejanas

Había soñado tomarla de la mano y con la música adecuada decirle
sobre lo imposible de cambiar amor por amor sin antes cerrar el pasado,
el pasado que siempre vuelve incansable con la vista en el presente.

Intentó explicarle que lo que hoy viva,
son intensidades en acto reflejo al destino;
recibirá la herencia aquel que ni figura en el testamento.

Quizo que sepa, desgarrando palabras, que prefería verla libre;
libre de engaños propios y ajenos.
Creyó decirle: No puede tener tu corazón quien no escucha como late.

Luego nada supo de su brisa al paso,
ni del aroma que perdura en la mañana.
Nada de las tardes de lectura a la orilla del lago.
Ni las cercanías lejanas, ni de los tiempos ausentes.

Luego nada supo.

SEBASTIAN IGLESIAS

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