lunes, 30 de junio de 2008

La realidad de Racing. La realidad de Argentina.

Todos somos un poco hinchas de Racing incluso nosotros, los de independiente.

Argentina es de Racing, durante años me convencieron de que Argentina es un país peronista y xeneise con su antagónico millonario en esa lucha de clases que vio su ocaso en la negritud de Ramón Diaz técnico y la internacionalización bostera y paseo turístico “bombonera” que instaló Mauricio Macri presidente, pero ese es otro tema. Resulta que ahora vengo a descubrir que todos los argentinos somos un poco hinchas de Racing.

No es por falta de originalidad de nuestro vecino que la camiseta es tan blanca y tan celeste. No lo es y tengo fundamentos, en venganza a la historia y por la memoria, Racing hoy es Racing.
Antes de que Argentina sea Argentina, y esto si obviaron los historiadores, mucho antes pero no tanto para que los hombres de Belgrano lo supieran y no hicieran correr la bola, Argentina casi casi se llama Racing, de no ser por la palabra, tan importada e inapropiada que ponía en jaque desde el vamos a la nueva identidad, nos mandaba al descenso directo. Nuestro país libre y argentino, no podía darse el lujo de nacer condenado, nacer de Racing.
Dicen que Belgrano no estaba mirando al cielo, ni por asomo, cuando pensó en los colores patrios. Mucho antes de la creación de la bandera, como este último fin de semana de Junio, Belgrano estaba pensando en no morir en combate cuando el futuro se le anticipó frente a frente.

La historia cuenta que uno de los puntales de los éxitos militares y emancipatorios fue la logística del ejercito.
El correo funcionaba a la perfección, rápido y efectivo, la historia destaca la valentía heroica de los mensajeros que muchas veces morían en misión de entrega, escudados por un ejercito de relevos que disputaban a muerte las cartas que forjaron el destino del país y de Latinoamérica, cartas que son el legado del prócer, el recuerdo vivo de la verdadera patria.
En especial existía un muchacho que capturó el interés de Belgrano, un mensajero veloz, quizás el más veloz, de esos que hoy serían maratonistas, nunca carteros.
El día que Belgrano decidió los colores de la bandera recibía de manos del joven emisario una epístola fundamental sobre las intenciones militares y la implicancia que tendría su servicio a la Patria.
Belgrano se puso de pie y miró a los ojos al emisario. La respiración del muchacho era notoriamente agitada, pálido y sudado se mantenía erguido con la mano temblorosa sostenía la carta a la espera de Belgrano, de la mano de Belgrano. Su camisa blanca y el pañuelo celeste, no pudieron evitar el sangrado debajo de la axila derecha. Belgrano tomo la carta y el cartero se desplomó. Belgrano elevo la voz y dijo: “Que la sangre no manche los colores de este valiente emisario, que el enemigo no tiña el celeste y blanco, vístanlo con sus colores, denle un entierro digno al veloz emisario, al Racing de las pampas”.
El emisario, el Racing de las pampas, inspiró a Belgrano y sólo los colores del Racing quedaron en la historia de la Argentina, historia que se empecinó con el cielo y el sol, en sueño celestial que la polución y el calentamiento global se han encargado de mantenerlos oníricos, casi utópicos.

Hoy, 29 de Junio del 2008, con gesto de grandeza, Belgrano le devolvió la vida a Racing.
Es que es mejor el infarto y la felicidad de pelear por subsistir, que lo pro de sentirse extranjero, de sentirse Boca del mundo. Mejor la lágrima del velatorio y la resurrección del muerto que la aburguesada vitrina millonaria.
Mejor avellaneda con Racing, mejor el clásico que su ausencia. Queremos el folclore así como la plaza del congreso es ahora un nuevo-viejo clásico argentino, Avellaneda que siga siendo otro. Nosotros estamos montando una linda carpa a 200 metros, apretados, tanto como las reuniones de la comisión de agricultura casi una alegoría al Proceso de Kafka. Así cerquita es mucho mejor.

Brindo por Racing y por Argentina, con héroes de conventillo y sufrimiento donde los domingos son siempre grises porque el cielo está en la camiseta y lo sabía Belgrano, lo sabía. Donde el rojo sangre somos nosotros, listos para otra estocada Racing, ponete en guardia y morí si te lo llega a pedir la historia, esto... esto gente es tener un rival digno.


SEBASTIAN IGLESIAS.

viernes, 27 de junio de 2008

LA MASTURBACION NO ES PAJA



I
Capital. Invierno de 1986.
Había escuchado mil historias de las pajas y yo como si nada.
Sólo me exitaba verme desnudo cuando me bañaba. Nadie más que yo podía sentir placer ante un cuerpo sin un músculo, con un par de pelos y ningún signo de virilidad.
Miento, Berenice también me exitaba.
Nada linda y dientuda, pero con una actitud avasallante, Berenice era el objeto de deseo de varios en el colegio, compartido con Natalia Sabín. Nati no me gustaba simplemente porque yo no le gustaba.
A Berenice la bese alguna vez y le dedique más de una. Era tan puro e inocente.

II
Orbis calorama a botonera. En posición 4.
Baño de azulejos azules. Abrí el grifo que decía C, agua bien caliente claro.
Un par de años agradecí un defecto del duchador, el agua no caía en forma de lluvia sino que concentraba parte de su caudal en un punto, a partir de ahora llamémosle chorro caliente.
El chorro caliente, mi pene erecto, mi mano sacudona y yo nos lanzamos a mi primer viaje de ida, mi primer vicio.
No se si fue traumático pero descubrí que del pene erecto salía un líquido viscoso que se mezclaba con el agua y yo me separaba de mi cuerpo, era como una sensación de levedad que me hacía perder peso específico y parte de mi se iba con ese líquido.
De bañarme una vez por semana a todos los días, mamá creyó en su perseverancia y yo finalmente era un reflejo de lo que siempre quisieron de un hijo: el niño limpio, obediente, derecho y humano.

III
Maradona hizo el mejor gol de los mundiales y uno con la mano, a mi me gustó el que hizo con la mano porque nadie lo notó inmediatamente. Recuerdo que a mi mano sacudona solía llamarla la mano de Dios. Así tenías a la mano de Dios en lugares públicos en los que nadie se daba cuenta, mano de Dios en reuniones de familia y yo en el baño escuchando la voz de mi prima Dalma, mano de Dios en el dormitorio escuchando la respiración de mi hermana, mano de Dios viendo a las pequeñas tetas de Berenice en el aula.

IV
Y papá me habló.
No entendía bien a dónde quería llegar pero no iba por buen camino. Nunca me gustaron los discursos moralistas, ni que me hablen de Dios y la Iglesia, es un rechazo natural que tuve desde la cuna. Lloré cuando me bautizaron y me hicieron dibujar tanto a Jesús de chiquito que mutó en look diabólico en los últimas pinturas. Igualmente nunca entendí bien por qué durante mucho tiempo hice caso sin rebelarme, me protegía en mi mundo interior buscando tal vez el punto de fuga.

El día que papá me habló, mamá salió a comprar con mi hermana y yo me quedé solo. Rápidamente me metí al baño y la sacudona empezó a hacer su incansable labor. En busca de algo nuevo y cortando el silencio comecé a gemir celebrando el acto de un verdadero impostor del sexo verbalizado, teatralizado en plan gracioso, resulta que eso funcionaba como un dilatador del placer y me gustaba.
Ese día papá entró a casa. Yo no lo escuché. El me escuchó. Y al grito de quién está en el baño?... Mamá?, Hija?… la respuesta se demoró. “No yo…ya salgo pa” le dije.
De eso me habló papá esa misma noche. Es que no le bastaba con haberme interrumpido para que quisiera que le de explicaciones. Mi cara de desilusión al verlo preocupado ¿de qué? me mortificó y un frío calo hondo en los huesitos, sabía que nada me iba a ser fácil en la vida y empecé a creer que nadie tenía derecho a quitarme el placer de sentir. Nada ni nadie.
“Papá las masturbación no es paja” le dije y ni se de donde me salió, quizás el choro caliente de agua venía con plus de ideas o la leche viscosa una vez fuera del cuerpo deja libre parcelas para que la ocupen pensamientos… no lo se, pero después de esa respuesta reinó el silencio que lo cortó la voz aguda de mamá: “Terminaron de hablar porque tenemos que cenar…” a lo que contesté “Si ma, claro, por lo menos yo acabé.”


Sebastián Iglesias

miércoles, 25 de junio de 2008

Lo de Paco

Se había retrasado 17 minutos. Me dijo “ ..llego en punto o un ratito antes porque tengo que salir a los piques para lo de Paco.”
¿Qué me dolía más? ¿lo impuntual? ¿qué se vaya a los pedos? ¿o que no fui invitado a lo de Paco?
Cuánta poesía había en casa de Paco, recuerdo los pisos de madera mal pulida y los balcones franceses de las ventanas que daban a Lavalle.
Una vez me pegué una mamúa importante, estaba completamente en pelotas y subido a los balconcitos me puse a mear para la calle, era época de milicos y un par de viejos buchones llamaron a la cana. Cuando sonó el timbre me mandaron a dar explicaciones. No se cómo pero me creyeron, hasta me pidieron disculpas los viejitos. Resulta que cuando se va la cana, sentí que tenía la bragueta baja y el viejo seguía hablándome del estado de sitio y la mar en coche, y mientras el viejo disertaba no tuve mejor idea que sacarla a tomar aire ante la mirada de sorpresa de la vieja (vieja puta resultó, no le dijo nada al marido de lo nuestro, de lo que él no vio).
Desde que me puse de novio con la ex de Paco, tengo la entrada prohibida a la casa, “cosas de códigos” decían mientras se iban de putas los jueves. Loco es que ahora la mina es mi ex y se la está poniendo un matón de Lopez Rega, un morocho que lo tenía bien junado a Paco, cosa que al principio me hizo agarrar la persecuta y uno piensa en boludeces no tan boludas: el exilio, la 22 en la mesita de luz, la esquina oscura... Pero no, “un pedo de concha tira a un buey” decía Rodolfo, el mismo que me dejó plantado, el mismo Rodolfo por el que ya miré 15 veces la vidriera con zapatos de saldo. Rodolfo tiene una cantidad de zapatos incomprensible, pensé. Los zapatos son como la comida, no se puede ostentar con zapatos habiendo tantos que andan descalzos, pero quién no tiene contradicciones, el Che y ya no está más.

Después de media hora me fui a lo de Paco, de una voy me dije, que se caguen. Cuando toqué, Paco me atendió seco y me tiró la llave por el balcón. Abrí y vi a los 5 que quedabamos, los muy pelotudos con bonete y guirnaldas me cantaban el feliz cumpleaños. No evité el flashback de foto blanco y negro. Todos volvimos a tener 10. La foto es un antes, un antes de recuerdos inocentes y alegrías.
Sebastián Iglesias

miércoles, 18 de junio de 2008

El fin de lo nuestro

El Pidió un café y giró tres veces la cucharita. No despegó la vista del pocillo como buscando respuestas que nunca iban a llegar.
Ella pidió una lágrima como siempre y no por capricho del destino. Sin pestañar observó cada parte de su amado, un cuadro por cuadro de gestos deformes, sin sentido, pero bellos.


El intento explicar. Textual:
Me duele aceptar que lo nuestro no es lo que está mal, porque lo que está mal es la realidad, por el sólo hecho de ser real y precisa, tan soberbia por la autoridad que le confiere lo cultural, deja a “lo nuestro” en lo imaginario.
Lo único que mantiene mi sonrisa es que por el mismo golpe de realidad, más que quedar en lo imaginario, “lo nuestro” se eterniza mágico y libre.
Si seguimos, no solo te condeno a mil esperas, si no que mato a la poesía que hay entre los dos.


Ella se sintió parte de lo real y lo vio como un espectro.
El desapareció sin tomarse el café.

Sebastián Iglesias

miércoles, 11 de junio de 2008

El Dia de Papá


Años felices, recuerdos en sepia.
Foto nostalgia gira al kaleidoscopio.
Nunca te vi enorme ni un héroe:
siempre tuve de padre a un padre.

Tus arrebatos de locura, dispersos
pero a tiempo, mis delirios de alegría.
No me acuerdo el día que perdí al niño pero extraño al padre del niño.

Ahora del otro lado del espejo
el inexorable reflejo del tiempo me grita...
me grita para cambiar la voz y el no lugar.
La mueca es parecida y el gesto de nobleza.

Tu silencio complejo casi omnipresente,
Tu sonrisa siempre terminaba en lágrima.
Tu birome roja era la fija, aun invisible a los teléfonos,
pasaba la vida en AM y los tangos entonados.

Un papa con todas las letras en el frío Avellaneda,
vecino y ajeno a los goles, hincha de tu hijo rojo y
eso no te pone colorado viejo.
El abrazo certero microsegundos de gloria e intensidad.

Feliz día papá, no se quién dijo que hoy debía decirlo.
Sin embargo miro todo a mi alrededor y te veo todos los días.
Donde dice tutor o encargado, lo borramos, borrémoslo claro.
Dice papá con todas las letras, y eso es mucho, todo.

Sebastián Iglesias



DISTANCIA



Juré no mirar atrás, adelante el recuerdo a futuro.
Ya no hay rutas que me acerquen a ningún lado
y es brea mezcla con sol la que nubla el horizonte.


No hay respuestas en noches de manos vacías.
La luz del pasillo encendida y mil espectros acechando.
¿Dónde quedó el color rosa del pasado?, ¿dónde quedo el pasado?


Tengo números sin prefijo 4 y un maldito jardín de cemento.
No hay margaritas, ni lagos, sólo un par de planos confusos.
Mil calles iguales con días 9 a 18, condenada.


Hoy desperté y me vi dormida.
Dormí un rato más me dije al oído.
Hoy no me da miedo estar a mi lado o dentro mío.
Sebastián Iglesias.

lunes, 9 de junio de 2008

Lo que dejó el Huracán


Veo amaneceres agitados, no es que todos salieron a correr el tren de las y diez.
Alguien prende el sol y le da respiro a la noche sin estrellas, a la pobre le da miedo la oscuridad.
Ahora me decís que me amás y tuve que hacerte lugar en mi butaca de Cine a sala llena.
Me decís que te compre un libro, el que yo quiera y nos vamos a una plaza a leerlo.
El semáforo no se pone en verde simplemente porque tus labios detienen todo alrededor y el tiempo no pasa, no pasa.
Me decís que te pida lo que quiera y vos lo hacés, te creo.
Mis miradas me van a traicionar, testigos serán quienes entiendan de ojos iluminados.
Mis manos tan pequeñas y escurridizas, no podrán evitar el roce cómplice entre la gente de cemento.
Hoy vi una mañana de 5 soles y brisas frescas y mi corazón latía siguiendo el ritmo de tus palabras.
Y es mi patio el que se inunda de nostalgias que no vivieron, baldosas mojadas de infancias cómplices.
¿Qué son esos recuerdos que no me pertenecen? Tan tuyos, tan íntimos que me avergüenzan.
Se iluminan las calles de un sol radiante y la humedad acecha, sin embargo el frío sureño es tan cálido.¿Quiénes son esos dos que se besan? Tan nuestros, tan íntimos que me avergüenzan.
Sebastián Iglesias

viernes, 6 de junio de 2008

Quebrarme












Otra vez apunto de quebrarme.
Y ya duelen los hachazos que me agrietan.
las paredes se agrietan y no es solo polvo lo que el ladrillo pierde.

Seis segundos de antesala, seis cabras premiadas.
Todos adentro del bracero disparando lenguas en llamas,
tu alma rastrera y los seis dedos de tu mano derecha.

No es un presagio ver descalzos.
En inviernos pies de algodón, descalzo el fuego.
Grito y desespero mil veces desesperadas.

Un timbre divulga el eco, nada de nadies.
Nadies de techos bajos, nausiabundos y oscuros.
Espacio de aire mudo, cavo palabras.

Otra vez apunto de ahorcar almohadas.
Y mirás desde la puerta con desaire,
alergias de pluma y soledad.

El sueño de los que no despiertan.
Destierra almas en penumbra, agitadas.
Al final siempre es nirvana.

Vuelvo al hueco de clavícula quebrada.
Madres quebradas y espermas ausentes, distantes.
Todo se ve nublado y no cambia en años.

En armarios con candado, ropa nueva de hace años.
El hígado atormenta mañanas en vías que asesinan hormigas.
Dormida dejo que pases y me quedo con tu olor.

No a lugar gritan los mundos privados,
gritan presente y se esconden.
Alzo la mano y no vienen las palomas.

Das de comer a mil bocas,
y mi mesa de tres es un milagro.
ahí están los santos, muertos los están matando.

Otra vez a punto de quebrarme
No necesito ver caras, las recuerdo.
Otra vez a punto de oxidarme.
Sebastián Iglesias

jueves, 5 de junio de 2008

LLAMAN ACIERTOS A LOS ERRORES


“...lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.” R.Walsh










LLAMAN ACIERTOS A LOS ERRORES


Para los sordos,
lo que quieren escuchar.
Para los ciegos,
morbo.
Para los ignorantes,
plasmas y celulares.
Para los humildes,
miseria.
Para los asesinos,
impunidad.
Para los libres,
cárceles.
Para los intelectuales,
persecución.
Para los diferentes,
discriminación.
Para los que están a favor,
paz.
Para los que están en contra,
terror.
Para los diferentes,
picana.
Para los millonarios,
oportunidades.
Para los corruptos,
negociados.
Para los desnutridos,
platos vacíos.
Para los conocidos,
36 dientes menos.
Para los exiliados,
¿Cómo se dice impotencia en francés?
Para los adolescentes,
Jugar a los soldaditos.
Para los bebes,
apropiación.
Para los desaparecidos,
algo habrán hecho.
Para los genocidas,
amnistía.
Para los memoriosos,
olvido.

Fue cuando la risa deforme,
me vino a cantar a la muerte.
Fue cuando el cargador vacío
se vino a llevar las ideas.
Fue cuando vi por última vez
tu cara en el pañuelo negro.

Sebastián Iglesias.

PAGANOS



Al Ozono destruido
bien vale una disculpa,
que con cuentos paganos
traicionamos.
Sol Dios que aún estás en el cielo
y otra noche dueña se adueña de
traiciones humanas, pensadas.
Millones de estrellas fugaces
en cita estelar: “hoy sol cancerígeno escupe llamas de fuego”.
Identidad condenada a la hoguera humana.

Al Dueño y Señor de la verdad amasada, pasada, pegajosa, sucia, pesada.
Siempre cerca del abismo moebius que de la belleza de lo imperfecto.
De la nobleza de la tierra, de lo que nace con raíz, aprendamos.
No creo en la justicia divina garante impune de la injusticia terrenal.
Creo en la violencia sanguínea del parto y el llanto del naciente, creo en el naciente,
Si señor y dueño de la verdad,
creo en el naciente y no en su condición infecta, pandemia de la ignorancia, patria de poderosos
que plantaron bandera: se vende no es lo mismo que se comparte.

Al que está mi lado, clon del que habría sido, dominado y nunca dominante,
creyendo en la utopía de alcanzar la felicidad por lo nuevo, no llega.
No llega si no más que en compañía de la condena del frustrado y nace orgullo dominante.
¿y la utopía de la utopía? Dominante y nunca dominado que en bosque de un metro cuadrado,
perdido, perdiste.

Al que está adentro mío, justo es que salgas y tomes el mando.
Que con este afán de ser humano me olvidé de pelear, con palabras que ni piensan,
con la presión del olvido soplándome la nuca y el destino esclavizado, atado.
Por mas que no este erguido, por más que mi cuerpo pegado al pupitre y la tinta ilegible
giro en penumbras entorno a tu ocio y lo mareo, si señor que está adentro mio, si a mi, si al que no renuncia, si al que soy por el que soy.


Sebastián Iglesias