jueves, 15 de enero de 2009

LA FELICIDAD

El olor a semen había invadido el ambiente. El exquisito perfume que usaba Carmen no tapaba las secreciones humanas, anzuelo para el refinado olfato de aquel hombre y de otros talvez, que ahora sucumbía ante la hedionda naturaleza del cuerpo humano.
La tome por el cuello mientras el desgraciado miraba, podría haberla matado y el cobarde sólo hubiera sido testigo de mis manos, de su asfixia, de sus brazadas, su mirada sometida al pánico lejos de la clemencia del perdón, su paulatino cambio de color, su impotencia y mis lágrimas.

Mientras Carmen gritaba, amordacé su boca con mi pañuelo, con una de mis corbatas até a Carmen a la cama de sábanas arrugadas, esas que habíamos comprado el día que decidimos vivir juntos.
El pobre desgraciado me miraba aterrado, su pene flácido poco prometía, podría cortar su pene y el cobarde solo hubiera sido testigo de mis manos, de la tijera filosa blandiendo la carne, de la sangre y la carne que luego ante sus ojos habría barrido.

Tome por los brazos al pobre desgraciado y puse sus muñecas contra su espalda, para algo sirvieron mis corbatas más que para algún que otro fiesta de casamiento, pensé.
Desnudo, con el culo mirando al techo creí que iba a cagarse, no podía esperar más de un pobre desgraciado. Esperé unos segundos y podía sentir el pánico de los amantes en mis huesos.

Ante los ojos de Carmen, pude entrarle al pobre desgraciado sin que opusiera resistencia.
Al primer grito lo obligué a morder las sábanas.
Carmen lloraba, lloraba como una criatura, yo sólo pensaba en mantener mi pene erecto, sólo quería que supiera aquel pobre desgraciado, que supiera como era mi leche caliente.
Carmen parecía agotada, ya no miraba, su ojos extraviados en el tiempo, quizás en su infancia.
El pobre desgraciado ya ni mordía las sábanas.

Antes de irme, miré todo por última vez: en un viejo portarretrato esa foto que nos mostraba felices. La felicidad no existe.

”Que sean felices”, les dije. En realidad, casi lo único que salió de mi boca durante esos 15 minutos. Los 15 minutos más importantes de la vida de aquellos amantes.


Sebastián Iglesias.
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sábado, 13 de diciembre de 2008

Un casi tango mal escrito

La ventana empañada en su marco de roble.
La tristeza preguntaba ¿no soy mucho para él?...
Finalmente, la televisión no inventaba más historias
que nadie quiere ver.

En agonía la vela balbuceaba: "tarde para leer."
Fue entonces que tu carta desde el viejo baúl de cuero,
le decía:" me voy para no volver."

Y el día que te fuiste quedó tu sombra en noches cerradas.
y el miedo de su infancia hacía burla desde el ayer.
La tinta no mentía...El tinto lo embriagaba
y la nausea era el astío de un nuevo amanecer.

Vas a perder el hilo de la historia,
y de apoco la memoria del tiempo que pasó.
tus manos en su cuello....sus manos la caricia.
matar amor no es noticia, no hay huellas de tu piel.


SEBASTIAN IGLESIAS

jueves, 4 de diciembre de 2008

Cercanías Lejanas

Había soñado tomarla de la mano y con la música adecuada decirle
sobre lo imposible de cambiar amor por amor sin antes cerrar el pasado,
el pasado que siempre vuelve incansable con la vista en el presente.

Intentó explicarle que lo que hoy viva,
son intensidades en acto reflejo al destino;
recibirá la herencia aquel que ni figura en el testamento.

Quizo que sepa, desgarrando palabras, que prefería verla libre;
libre de engaños propios y ajenos.
Creyó decirle: No puede tener tu corazón quien no escucha como late.

Luego nada supo de su brisa al paso,
ni del aroma que perdura en la mañana.
Nada de las tardes de lectura a la orilla del lago.
Ni las cercanías lejanas, ni de los tiempos ausentes.

Luego nada supo.

SEBASTIAN IGLESIAS

lunes, 29 de septiembre de 2008

COSAS DEL CAPITALISMO



¿POR QUE SI SOS UN BANCO QUE NO PODES PAGAR LAS CUENTAS
EL QUE TE SALVA ES EL ESTADO.
Y SI SOS UN POBRE QUE NO PODES PAGAR LAS CUENTASEL QUE TE SALVA ES DIOS?

miércoles, 24 de septiembre de 2008

sin titulo

...acabo de bajar las persianas, el cielo estaba gris, lejos quedan los días despejados de color celeste encendido por el sol.
Que tengas buena vida, le dijo, que al recuerdo no lo ensucie este garabato del presente.

Sebastián.

viernes, 15 de agosto de 2008

LAS COSAS EN SU LUGAR


Somos la historia detrás de la historia
En realidad eso es lo que somos.
Somos sucios y cínicos de risa irónica.
Lo que no decimos, somos.
Somos el mundo que huele a mierda.
Somos rancios, olorosos, putrefactos.
La letrina del lujo, somos.
Somos mentirosos, macabros, siniestros.
El culo caído de la traición oculta y
la silicona de la materia gris, somos.

Somos la palabra donde debe haber silencio.
Lo importante no es lo que muestra el espejo,
porque somos lo que no se refleja.
Somos lo que no se puede justificar
y justificando somos.
Somos el que pone el revolver
en las manos del asesino
y el que saca la comida de la boca
al desnutrido.
Somos el sexo animal oculto
y la segunda lectura del morbo.
Sangre enferma somos, lava roja .
Somos la hiena de risa cocida y
la ignorancia por conveniencia.
Somos paracaidistas que vomito el cielo.
En cualquier lado caemos mal parados y somos
donde caemos, somos la mentira casual.
Somos culpógenos justicieros con balanza tocada.
Muy lejos de la miseria naturalizada, somos.
la banalidad enquistada, somos.
Somos lo que no nos animamos a ser.
Somos asesinos que piden que otros maten.
La hipocresía no somos, la actuamos.
Somos lo que la hipocresía no dice, eso somos.
Lo que no dice da miedo pero es lo que somos.
Somos la decadencia en ritmo constante, sin pausa.
La salud prepaga, somos.
Ayudamos solo a cambio, somos mercenarios.
Somos petróleo en la guerra
pero no somos los niños muertos de las bombas.
Somos lo que queremos escuchar y no la verdad.
La verdad no existe porque está condicionada.
Somos mecanismos de control y controlados somos.
La libertad no existe porque está condicionada.
Somos el pozo ciego , el subsuelo.
Somos la diarrea colectiva y la cloaca tapada.
Vacas que se cagan las patas somos.
Perros que se huelen el culo, somos.
Somos gatas putas y machos
que la mean propias en el tejado, somos.
Somos el fracaso carnalizado,
El virus del mundo, la enfermedad incurable.
Somos la metástasis de la tierra.
Somos la basura debajo de la alfombra.
Somos ácaros depredadores.
Infradotados con licencia y licenciados, somos.
Somos hijos de putas que no saben que son putas
O de putas hechas y derechas o de potenciales
Putas, siempre putas somos.
Somos hijos de puta, somos putas.
Somos el eco del big bag, somos escoria intermedia.
NO Somos los mutilados de hiroyima y los judios del holocausto.
NO somos Los miserables y muertos de la democracia.
Somos la democracia, la gestapo y la bomba nuclear.
Somos los responsables.
SEBASTIAN IGLESIAS

jueves, 7 de agosto de 2008

CARABELA















Sueltan anclas y es mi mano que se desprende a traición en descuido oficioso.
Ya olfateo al desmayo si es que la cordura me mantiene o quizás olfateo el estiércol del miedo demencial.
Miro el rostro ensangrentado de mi camarada, su cara es la ausencia del gesto y es el piso de tablones de madera que sostiene a mi cuerpo desplomado. El tarugo cercano a mi campo visual absorbe la sangre, lubrica.
Pienso en nada. Pienso en el gancho, luego en la pata de palo y en el parche en el ojo. Pienso en que me vas a decir cliché, estereotipo y es una lágrima que en la madera rechaza a la sangre y la muy turra la tiñe, al fin y al cabo qué es puro en esta vida.


¿Mi mano aún agarrada a la cadena o devorada por un pez?


Sebastián Iglesias
07/08/08

lunes, 28 de julio de 2008

LIBERTAD

Extraña paz en picada al vacío
que deja espacios sin llenar
que mil banderas y no la mía
quieren vestir el cielo.

Hasta cuando el grito sagrado
Que deja sordo al pobre
Que quieren pan afuera y
en mi tierra no le dan.


Sebastián Iglesias

viernes, 11 de julio de 2008

CADAVER EXQUISITO (sebas-Fer)

Todos vivimos desperdigados en monstruos de cemento, un bar enclavado en plena urbe signa a pura sorpresa la vida de Goñy (su nombre de pila es Evangelina, pero nadie la llama así, y pocos saben que este es el determinante que eligió para ella Alejandra, su madre, en los días interminables de la maternidad de Caseros), la adolescente es protagonista secundaria de una historia que incluye enredos amorosos caracterizados por voluntades sexuales de estos tiempos. La radio acompaña, aporta un ruido climático, le da un aliento omnipresente a todas las conversaciones de un espacio atiborrado de humo, con olor a noche para algunos, con aroma a nostalgia para otros, con gusto a neurosis para todos.
De la cortina de fondo radial atronó una voz, como un rayo en el campo, de repente, solo se escucha una voz. Angustiada, desolada, incrédula, dubitativa, los adjetivos cuentan a la perfección el color del monólogo, la heroína del radio teatro contaba su vida, nadie la escuchaba en el salón, pero Goñy pugnaba por expulsar una bocanada de aire que la sacara del estupor. Las letras se suceden, la historia se desanda, una elección sexual excede los tabúes, Brasil y el amor, su ciudad y la hipocresía, el deseo reprimido, la vida liberada, el futuro a la deriva, la vida en penumbras, el amor o el vástago. ¿el amor es deseo y cariño, lo definió Platón. Lo entenderá su primavera?
La voz era de Alejandra, la luz entraba por una pequeña banderola, los latidos eran pura claridad, Goñy empezaba a conocer los ribetes ocultos de su propia historia.

De estupor a parálisis, Goñy no podía creer que las voces del radioparlante dijeran verdades, lejos del entretenimiento esa historia de amor femenino, de su seno maternal, podía imaginar besos prohibidos y comprendió que no estaba en Rusia, un saludo boca a boca entre mujeres no es rutina. Imposible ver poesía y romance, menos aún si el beso es su madre y el labio es ajeno a cualquier principio. Alguna que otra mirada obscena de un viejo verde fuera de contexto y el comentario intolerante de las señoras del té, articulando a la vergüenza en gesto cliché, entregada a la condena social.
Goñy recordó, para tomar distancia, una infancia de cariño materno, besos en boca, besos en cachetes, infinitos besos que no entendían de mesura y cultura, lejos de la vergüenza que el imaginario construye aliado y enemigo del mundo interno. Goñy atrapada en lo atemporal, lejos de la emancipación física y la posibilidad del roce inocente, lejos del presente subversivo. Goñy volvió a respirar en suspiros, "no entender" todavía estaba lejos, apnea y disnea disputaban su interna. La no reacción era el problema, tenía que hacer algo, estamos genéticamente preparados para la reacción y tantas drogas vienen a decirnos que no hay remedio para la crisis sino paliativos, como la cortina de humo que exhalan labios gastados de ciudad, perdidos todos, todos perdidos pensó Goñy.

Las fotos se sucedían una a una en su palacete ideal, la imaginación hizo todo, flash, el sonido sordo trajo contenido, imágenes. Subvertir el orden, acelerar las pulsaciones, eso logran las imágenes virtuales procreadas por la persona escondida en la radio, por su madre recitando su verdad ante miles de oyentes, el tímpano se vuelve mas permeable que nunca, saber duele, mas cuando la relación madre - hija esta en juego.
El castillo de naipes tambalea, Goñy se siente mas frágil que nunca, mas adolescente que nunca. El odio circula inconmensurable por el torrente de furia, pero no se cuestiona, todos los cuestionamientos están derivados, la mirada esta perdida, pero los ojos apuntan como sables, Alejandra tiene sobre su espalda todos los muertos de una corta existencia, Goñy se siente Evangelina ¿Quien es su madre? la que se sincera en un programa vulgar de amoríos, o la hipócrita que esconde a su pareja en los retratos de supuestas vacaciones solitarias. Ale en ese instante era solo un signo, la suma de todos los males, la injusticia de una mentira capital.

Evangelina esperó lo temido. Amor es una palabra que dice todo y bien podría no decir nada. Amor de labios FM, de madre distinta a la que ayer se hacía llamar mujer. No digás mujer, mamá, pensó Evangelina. Mujer es mujer si hay hombre; hombre es hombre si hay mujer, la necesidad de identificarnos con un sexo, razonar desde el sexo y definir un estado natural de evolución de la raza humana. Eso nos divide mamá, pensó Goñy desde su recuperada inocencia. Cavidades vacías y deseosas de carnes rígidas, es el llamado de la naturaleza mamá, es el llamado del naciente, del ser mismo, pensó Goñy.
El mozo era de duros rasgos, Evangelina no había reparado en su presencia y tocando su miembro deliberadamente lo invitó con un movimiento ágil de ojos guías. Baño de hombres. Hombres que trabajan y mujeres desconsoladas, hombre que enseñan que es ser mujer, en la memoria y el olvido, no se pierde la memoria, pero se olvida, olvida mucho el robot. Sexo seguro de no te vuelvo a ver más la cara, violencia del miembro erecto, soy mujer mamá, somos mujeres, pensó Evangelina, mientras lactosa paternal hilaba fino por la comisura de los labios de Goñy, ahora Goñy.

Escapaba de la noche con el sol en la espalda. Los perros de la calle mataban el tiempo, quemaban los minutos paseando de un lado al otro. Goñy miraba, los contemplaba, eran un anhelo de libertad. Su cuerpo no se entregaba al sueño, seguía de gira, padecía esa extraña forma de lucidez que precede a una noche de estímulos fuertes. Los perros seguían tentando a su mirada, la cautivaron, el comportamiento social de los animales convincente.
La autoridad a mordiscones, pero con justicia, sin golpes bajos. Un chillido era una indiscutible señal de basta ¿Cuando el dolor fue símbolo de stop para los hombres y mujeres que la rodearon? ¿Cuando el llanto fue basta? Nunca. Los perros sin dudas tenían limites, estos animales inspiraron a la misericordia, Goñy, no la pudo saborear entre sus afectos. Eso al tentaba, la salvaje posibilidad de poner un pie en el freno ante el dolor.
O la imposibilidad sumisa de entregarse al verdugo. Guillotine en cada esquina de Buenos Aires. Los perros aullaban cual lobos y Evangelina dejaba sóla a Goñy, para desnudarse en el frío y húmedo otoño de Ciudad.
Demacrada, ausente a la mirada inquisidora, se tapo los oídos para no escuchar el chirrido de los dientes de encías volcánicas de sangre de mezcla en conjuro, hija de Bruja, pesa el pecado de hembra de resabio lactoso. Antes de vomitar prefiere escupir sobra la tumba de Alejandra. Hembra macho, Hembra macho, entendés mamá, eso va a decir la lápida, mientras Evangelina piensa Goñy en algún lugar se ahoga en lágrimas.

Crecer, de eso se trata, eso dicen las voces de la conciencia impuesta. Los golpes te hacen madurar, es otro de los preceptos mas oídos, pero Evangelina lleva una eternidad martillando el cráneo intentando abrir la mente y ya se siente cansada. Quizás saber que su madre volcaba su capacidad de amar en un ser de su mismo genero la marcó, pero por sobre todas las cosas estaba acostumbrándose a que el camino no siempre es una línea recta a sus deseos, y que muchas veces las cosas pueden salir mal, esta vez la mecha estaba torcida, y aunque quisiera tapar todo con una tonelada de tierra, no puede, los rastros ya están en su conciencia, y morirán con ella.
Goñy era claramente la otra cara, simpleza, podía caminar derecho o torcido, solo respetaba el dictado de su débil voluntad, se entregaba al placer, tenia una enorme capacidad de perdonar y un oscuro sentimiento de libertad, vivía a destajo, sabia perfectamente como desactivar la estructura de control que Evangelina ponía a funcionar cada mañana. Cree que es imposible dibujar una sonrisa con reglas, no quiere condenar a su madre a una mueca gris, sabe que de esa manera el futuro seria una celda en la Siberia para ambas, el subsuelo de Dostoievsky las esperaba si no lograba soltarle la mano a los prejuicios. Nuevamente, a caminar.

Más de un alma puede dar garantía de lo dicho y de lo que se va a decir, incluso de lo improbable, claro que hay gente necia, incrédulos que no ven más allá de lo que sus zapatos de charol pueden pisar y aunque muere gente por demostrar lo contrario el mundo sigue siendo un lugar inhabitable, nos perseguimos o nos persiguen. Persiguen a Goñy caminando de la mano de Evangelina, la persiguen porque luce mayor y no hay derecho. Evangelina todavía desnuda y, vaya paradoja, en contraste parece tan pueril, falta tanto neón para el que nace signado a la intrascendencia. Persiguen a Goñy, a la inocente Goñy para que se vuelva Evangelina, hay tanto miedo a la oscuridad en la ciudad, el hombre de la bolsa es un cartonero y Goñy sabe que su Evangelina no quiere que Alejandra prenda la luz, mamá no prendas más la luz, piensa Evangelina. Posiblemente cerrada en su ostracismo, Evangelina no quiere que Goñy llore muñecas de trapo y finalmente mande al subsuelo a Goñy, sin miramientos, no quiere contradicciones en sus objetivos y que en el subsuelo se las arregle con Fedor, todos merecemos un infierno.

Mira la palma de su mano, surcos profundos, carne viva, mugre, si mugre, suciedad, las manos en la masa, el cuerpo de dios de la democracia burguesa, todo en su mano. Acumulo cartón toda la noche, revolvió la basura, llevo al extremo la insensibilidad de su tacto, encontró su pan entre los restos de otro, le dio la mano a la desigualdad. En su mano había algunas monedas, volvía al barrio.
Su caballo leal, que comía cuando se podía, y llevaba adelante su existencia con cadencia, lo condujo a ese pasaje, el cuadro era digno de una artista del naturalismo, asusta el hombre de la bolsa, golpea con realidad el cartonero.
Frente a frente, Evangelina no logra dominar el temor, Goñy se conmueve, todo puede ocultar belleza, frente a frente, duda, hay un paréntesis enorme, quien decide dentro de ese cuerpo, adonde lleva el dialogo entre estos dos personajes. Ernesto es su nombre, junta cartón, sobrevive.

Ernesto mira a Goñy, Evangelina se enfurece. En supinación, Ernesto se ve desde el inframundo, quita uno de sus tres sacos y abriga a Goñy, no te vas a enfermar, le dice ahora en contrapicada. Evangelina vio la cara de Alejandra arriba de tanta miseria y escupió con odio al hombre.
A cinco estaciones de Falopio las vías y sus chasquidos erizan la piel de Ernesto, pensó en su saco, pensó en Goñy y en Evangelina. Antes de descargar su enorme bolsa de cartón, “gracias Dios por esta vida”, pensó. Ernesto dignifica su bolsillo que cose obsesivamente todos los días para que dure el centavo.
Evangelina frente a la puerta de madera que se veía tan grande como cuando era chica. Goñy en la puerta de madera de la casa de mamá. Rebobinar la historia es la evolución regresiva pero adorable de la ficción, ficción es lo que vivimos en realidades prestadas, nunca dueños de nada, no lo sabemos, simplemente el ignorante es más feliz.

"Apago sus ojos tristes y luego embarco... recuerdos que mienten un poco (siempre fue así) nuestro miedo helara este infierno, creo sopla un viento frío en la ciudad"
La canción ametrallaba su mente, Ernesto quedaba atrás, pese a que la estación estival estaba instalada hace un tiempo, se identificaba con el frió. La escuchaba y la escuchaba, alienada, inmersa en la letra con su propia intención, cada acorde la trasladaba, cada palabra la resignificaba, a punto de embarcar, a metros de apagar la luz.
Erguida sobre el precipicio. En su mirada extraviada, se recortaba una fabrica abandonada, el oxido de las chimeneas en desuso recordaban la tenue melancolía de las fotos sepia. A sus pies, el 98 vivo en un febrero abrasador conmovía la cinta asfáltica con un calor intenso. Concluía el arco iris de sensaciones un rió inmenso a sus espaldas, regado de oro bañaba en azul la lontananza.
No quería bajar la vista, la pulsion de muerte estaba ahí, tentadora, las paredes de cada una de sus venas se quemaban con el torrente escarchado de su sangre, decidió por quedarse, retuvo celosamente los 21 gramos..
El verano de una diva de cemento, los autos subían y bajaban por un extremo y otro del puente, la ciudad se sabia bella, conocía su fortaleza y se engolosinaba con movimientos felinos, a pura luz, con todo el esplendor de la Paris del existencialismo.
Evangelina y Goñy seguían en pie de guerra pero empezaban a convivir, Ale sin saberlo estaba ganando una chance.
Ernesto continuaba, sucedía sus días uno a otro, sentado en un baño publico, mirando fijo un azulejo turquesa de dudoso gusto, una vida sin pasión, se desato un mar de lagrimas, no se podía contener, se ahogaba, sufría, por nada en especial, solo por vivir, miraba, fijamente, con los sentidos entorpecidos el azulejo de color turquesa. ¿Dios murió? Porque estamos tan solos. "Recuerdos que mienten", en ellos, mil personas te rodean, pero igual estas solo, en la noche, las miradas lo juran, todos estamos solos, desesperadamente solos.

Alejandra frente al mate amargo, olvida la bombilla para observar el paso seguro de una hormiga camino a la alacena, después de esta vienen más, imposible equivocarse pensó.
Cosas de la soledad, nadie quiere estar solo, sin embargo despreciamos la compañía de otro ser vivo. A duro golpe de palma, Ale se lanza a la destrucción y notemos que el caos de hormiga es siempre el mismo, un par de pasos atrás luego adelante, giran en círculo , para intentar seguir avanzando, seguir avanzando.
El ruido es ensordecedor, es un cálculo matemático, 1gramo es el peso de una hormiga que debe soportar la envestida de la potencia del golpe, aproximadamente 2 millones de veces más pesado que la hormiga. Primero mueren del sonido violento que genera la mano cayendo, se elevan milésimas de milímetro como si la palma fuera un imán, la muerte no quiere esperar, y se desintegran gentilmente contra el mármol; la piel, paradójicamente, funciona como airbag pero la estadística desafía al milagro, mueren, el milagro es un reflejo involuntario, una pata continúa avanzando, poco, se apaga.
Evangelina va a entrar sólo si Goñy no le suelta la mano, ¿quién tiene más miedo? ¿Alejandra que huele venas sensibles? ¿Evangelina en los cabales de Goñy? ¿Goñy con sus ojos duros tallados a presión con finos hilos rojos? ¿Ernesto que abraza al frío mientras recoge una cacerola aboyada sin mango y ya puede oler la grasa de un rico guiso? Sin dudas la hormiga, pero a cuantos les importa.

Estiro la manó, bajó el picaporte, abrió la puerta, dio un paso hacia adelante. Esta en al casa, atraviesa el comedor, su paso es decidido, su respiración entrecortada. La gata de la familia le da la bienvenida, pierde unos instantes acariciando el lomo del animal, le brinda el placer que Carlota desea, ese placer ajeno es la excusa para demorar, Alejandra espera sin saber, el frente de tormenta esta a las puertas, solo el destino sabe cuales serán las próximas letras, cual será el dialogo tenso que en parte decidirá el futuro de estas dos mujeres.
Están entre cuatro paredes, la madre atiende el teléfono que suena de forma insolente en el instante que las miradas se sacaban chispas. Ale habla sabiendo que algo hay detrás de esa mirada escrutadora, las palabras salen de su boca pero no se sabe de donde vienen, sus neuronas parecen no ocuparse ni remotamente de aquel dialogo, solo una cosa sabia con seguridad, al terminar de hablar por teléfono tendría que ser ella, por primera vez tendría que ser madre, esa era hoy su mayor deseo.

Sin cortar el teléfono, Ale sostuvo el brazo de Evangelina que bufando intentaba ubicarse frente al televisor. Tapando el tubo, Ale pidió que la esperara un minuto, esforzó la sonrisa sin embriagar a la complicidad en arte cotidiano de lo que no es. Evangelina pensó que a “su Goñy” no le iba a mentir, más que una confesión, Evangelina quería tener a la madre de rodillas, quería escuchar el pedido de clemencia como un éxtasis de dulce victoria.
Por un minuto estuvieron las tres en silencio, en pacto de silencio, sabían la verdad aunque Goñy prefería perder a la verdad como la muñeca que aquella vez cayó en las garras de Carlota, luego de unos cuantos minutos de arañazos y jugueteo, Goñy coqueteo por primera vez con la muerte: lo que queremos es una cosa, la cosa es afecto, perdemos afecto cuando la cosa se deshilacha y pierde su forma, afecto que la carne no sustituye, el fetiche es más fuerte.
Evangelina dice “puta” al mismo tiempo que Alejandra dice “desubicada”. Goñy se tapa los oídos y Carlota intenta atrapar sin éxito a una mosca de humedad.
La pata de Carlota. La frente de Alejandra. El ojo de Goñy. La boca de Evangelina.
Las uñas de la pata de Carlota. La gota de sudor de la frente de Alejandra. La única lágrima del ojo de Goñy. El grito de la boca de Evangelina.
Los ojos de Carlota abajo del sillón. Las manos en la vagina de Alejandra. El llanto de Evangelina.
Ale dijo que no dejara ir a Goñy, “buscala” decía a los gritos mientras seguía tocándose en el piso de la cocina, gimiendo, sintiendo. Evangelina lloraba, simplemente con lágrimas de mujer.

Locura: Privación del juicio o del uso de la razón. Exaltación del ánimo o de los ánimos, producida por algún afecto u otro incentivo. Lo dice la Real Academia Española, lo dice la "ciencia". Bienvenidos a la Clínica de Neuropsiquiatría Lujan.

Silencio desgarrador, mil palabras que rezan:
Papá, háblame, por favor háblame, por favor papá.
Era una suplica:
Soy yo, tu hija, te necesito, ya no se quien soy, me perdí, me deshice de mi propia vida. Papa, mama ama a una mujer, papá.
Todos estos años hablando, me duele escucharme, tu mirada nunca se planto en mis ojos, es que no me escuchas, papá, estaba resignada a esto, pero ahora que hago. ¿Como vuelvo las piezas a su lugar?
Papá...

Una enfermera corta el clima, la intimidad se desvanece, no hay palabras, todo es gestual, pero todos entienden, Goñy sabe que una vez mas su padre fue ausente, siente culpa por odiarlo en este momento, se piensa a si misma como un animal egoísta, pero tiene derecho a ser escuchada tanto como el a su ausencia. El hombre, el padre, León, se aleja una vez mas, la silla avanza lenta, casi etérea hacia el interior del sanatorio, quienes están adentro viven otra realidad, existen dentro de una lógica con cualidades diversas. ¿Todo es relativo?

Buscaba respuestas en los silencios y papá es la ausencia de las palabras, pensó. Donde estaba el árbol, Goñy dejó la tierra, pero ni el viento ni las hojas, nada de eso quedó..
A mil pasos de hombre, Evangelina sentía nuevos deseos.
Alejandra desnuda, empezaba a sentir el frío de los pisos de cerámica en contacto con su espalda, la entrepierna caliente en discordancia con el resto. El timbre interrumpe el nirvana.
Alejandra esperaba a la mujer que había hecho eco en la radio, la mujer de la casa.
Evangelina desandó los mil pasos de hombre y encontró a Goñy de espaldas. Eva beso el cuello de Goñy con dulzura, como nadie lo había besado nunca. Goñy suspiro y lentamente tapo el rostro de su padre con la sábana celeste. Evangelina sujetaba a Goñy con su brazo izquierdo apretando el busto y con el derecho acariciaba el muslo con manos suaves y ascendentes, erizando la piel de Goñy. Evangelina sintió poder, Goñy sintió en carne propia lo que siempre le repetieron: “la primera vez tiene que ser especial”.

El agua retoza al sol mas tranquila que nunca en los últimos tiempos, pero las corrientes amenazantes van y vienen en el fondo, el brillo del sol que entibia la arena no es magnánimo, el dolor siempre emerge del fondo y golpea duro a victimas distraídas.
Los momentos difíciles suelen pasar, por ahí sin pena ni gloria, pero los rastros quedan, las personas cambian, y nunca son las mismas, o nunca vuelven, la dinámica de la vida te hace ver igual siempre, pero en el instante que se apaga la luz las cosas cambian, y nada es como se ve al cálido abrazo del sol.
Goñy esta nuevamente viva, pero Eva la cambio, o viceversa, y su trato con Ale es distinto, todo parece mas sincero, el postmodernismo esta para quedarse, pero en los rastros esta el odio, nunca será todo olvidado, el rencor vive también, latente, y es fuerte como un roble. Los niños son crueles a mansalva, pero sinceros, los adultos viven sus letanías y se consumen. Ellas crecieron de la mano, hoy las dos son una sola, pero mañana volverán a la lucha, con otra careta, con mas resentimiento, y con las rancias vanidades de seres que en el fondo saben que los deseos no tienen esperanzas, al fin de cuentas todos, tarde o temprano, pisamos en firme el infierno del Dante.

SEBASTIAN IGLESIAS - FERNANDO MOJSAK


lunes, 30 de junio de 2008

La realidad de Racing. La realidad de Argentina.

Todos somos un poco hinchas de Racing incluso nosotros, los de independiente.

Argentina es de Racing, durante años me convencieron de que Argentina es un país peronista y xeneise con su antagónico millonario en esa lucha de clases que vio su ocaso en la negritud de Ramón Diaz técnico y la internacionalización bostera y paseo turístico “bombonera” que instaló Mauricio Macri presidente, pero ese es otro tema. Resulta que ahora vengo a descubrir que todos los argentinos somos un poco hinchas de Racing.

No es por falta de originalidad de nuestro vecino que la camiseta es tan blanca y tan celeste. No lo es y tengo fundamentos, en venganza a la historia y por la memoria, Racing hoy es Racing.
Antes de que Argentina sea Argentina, y esto si obviaron los historiadores, mucho antes pero no tanto para que los hombres de Belgrano lo supieran y no hicieran correr la bola, Argentina casi casi se llama Racing, de no ser por la palabra, tan importada e inapropiada que ponía en jaque desde el vamos a la nueva identidad, nos mandaba al descenso directo. Nuestro país libre y argentino, no podía darse el lujo de nacer condenado, nacer de Racing.
Dicen que Belgrano no estaba mirando al cielo, ni por asomo, cuando pensó en los colores patrios. Mucho antes de la creación de la bandera, como este último fin de semana de Junio, Belgrano estaba pensando en no morir en combate cuando el futuro se le anticipó frente a frente.

La historia cuenta que uno de los puntales de los éxitos militares y emancipatorios fue la logística del ejercito.
El correo funcionaba a la perfección, rápido y efectivo, la historia destaca la valentía heroica de los mensajeros que muchas veces morían en misión de entrega, escudados por un ejercito de relevos que disputaban a muerte las cartas que forjaron el destino del país y de Latinoamérica, cartas que son el legado del prócer, el recuerdo vivo de la verdadera patria.
En especial existía un muchacho que capturó el interés de Belgrano, un mensajero veloz, quizás el más veloz, de esos que hoy serían maratonistas, nunca carteros.
El día que Belgrano decidió los colores de la bandera recibía de manos del joven emisario una epístola fundamental sobre las intenciones militares y la implicancia que tendría su servicio a la Patria.
Belgrano se puso de pie y miró a los ojos al emisario. La respiración del muchacho era notoriamente agitada, pálido y sudado se mantenía erguido con la mano temblorosa sostenía la carta a la espera de Belgrano, de la mano de Belgrano. Su camisa blanca y el pañuelo celeste, no pudieron evitar el sangrado debajo de la axila derecha. Belgrano tomo la carta y el cartero se desplomó. Belgrano elevo la voz y dijo: “Que la sangre no manche los colores de este valiente emisario, que el enemigo no tiña el celeste y blanco, vístanlo con sus colores, denle un entierro digno al veloz emisario, al Racing de las pampas”.
El emisario, el Racing de las pampas, inspiró a Belgrano y sólo los colores del Racing quedaron en la historia de la Argentina, historia que se empecinó con el cielo y el sol, en sueño celestial que la polución y el calentamiento global se han encargado de mantenerlos oníricos, casi utópicos.

Hoy, 29 de Junio del 2008, con gesto de grandeza, Belgrano le devolvió la vida a Racing.
Es que es mejor el infarto y la felicidad de pelear por subsistir, que lo pro de sentirse extranjero, de sentirse Boca del mundo. Mejor la lágrima del velatorio y la resurrección del muerto que la aburguesada vitrina millonaria.
Mejor avellaneda con Racing, mejor el clásico que su ausencia. Queremos el folclore así como la plaza del congreso es ahora un nuevo-viejo clásico argentino, Avellaneda que siga siendo otro. Nosotros estamos montando una linda carpa a 200 metros, apretados, tanto como las reuniones de la comisión de agricultura casi una alegoría al Proceso de Kafka. Así cerquita es mucho mejor.

Brindo por Racing y por Argentina, con héroes de conventillo y sufrimiento donde los domingos son siempre grises porque el cielo está en la camiseta y lo sabía Belgrano, lo sabía. Donde el rojo sangre somos nosotros, listos para otra estocada Racing, ponete en guardia y morí si te lo llega a pedir la historia, esto... esto gente es tener un rival digno.


SEBASTIAN IGLESIAS.

viernes, 27 de junio de 2008

LA MASTURBACION NO ES PAJA



I
Capital. Invierno de 1986.
Había escuchado mil historias de las pajas y yo como si nada.
Sólo me exitaba verme desnudo cuando me bañaba. Nadie más que yo podía sentir placer ante un cuerpo sin un músculo, con un par de pelos y ningún signo de virilidad.
Miento, Berenice también me exitaba.
Nada linda y dientuda, pero con una actitud avasallante, Berenice era el objeto de deseo de varios en el colegio, compartido con Natalia Sabín. Nati no me gustaba simplemente porque yo no le gustaba.
A Berenice la bese alguna vez y le dedique más de una. Era tan puro e inocente.

II
Orbis calorama a botonera. En posición 4.
Baño de azulejos azules. Abrí el grifo que decía C, agua bien caliente claro.
Un par de años agradecí un defecto del duchador, el agua no caía en forma de lluvia sino que concentraba parte de su caudal en un punto, a partir de ahora llamémosle chorro caliente.
El chorro caliente, mi pene erecto, mi mano sacudona y yo nos lanzamos a mi primer viaje de ida, mi primer vicio.
No se si fue traumático pero descubrí que del pene erecto salía un líquido viscoso que se mezclaba con el agua y yo me separaba de mi cuerpo, era como una sensación de levedad que me hacía perder peso específico y parte de mi se iba con ese líquido.
De bañarme una vez por semana a todos los días, mamá creyó en su perseverancia y yo finalmente era un reflejo de lo que siempre quisieron de un hijo: el niño limpio, obediente, derecho y humano.

III
Maradona hizo el mejor gol de los mundiales y uno con la mano, a mi me gustó el que hizo con la mano porque nadie lo notó inmediatamente. Recuerdo que a mi mano sacudona solía llamarla la mano de Dios. Así tenías a la mano de Dios en lugares públicos en los que nadie se daba cuenta, mano de Dios en reuniones de familia y yo en el baño escuchando la voz de mi prima Dalma, mano de Dios en el dormitorio escuchando la respiración de mi hermana, mano de Dios viendo a las pequeñas tetas de Berenice en el aula.

IV
Y papá me habló.
No entendía bien a dónde quería llegar pero no iba por buen camino. Nunca me gustaron los discursos moralistas, ni que me hablen de Dios y la Iglesia, es un rechazo natural que tuve desde la cuna. Lloré cuando me bautizaron y me hicieron dibujar tanto a Jesús de chiquito que mutó en look diabólico en los últimas pinturas. Igualmente nunca entendí bien por qué durante mucho tiempo hice caso sin rebelarme, me protegía en mi mundo interior buscando tal vez el punto de fuga.

El día que papá me habló, mamá salió a comprar con mi hermana y yo me quedé solo. Rápidamente me metí al baño y la sacudona empezó a hacer su incansable labor. En busca de algo nuevo y cortando el silencio comecé a gemir celebrando el acto de un verdadero impostor del sexo verbalizado, teatralizado en plan gracioso, resulta que eso funcionaba como un dilatador del placer y me gustaba.
Ese día papá entró a casa. Yo no lo escuché. El me escuchó. Y al grito de quién está en el baño?... Mamá?, Hija?… la respuesta se demoró. “No yo…ya salgo pa” le dije.
De eso me habló papá esa misma noche. Es que no le bastaba con haberme interrumpido para que quisiera que le de explicaciones. Mi cara de desilusión al verlo preocupado ¿de qué? me mortificó y un frío calo hondo en los huesitos, sabía que nada me iba a ser fácil en la vida y empecé a creer que nadie tenía derecho a quitarme el placer de sentir. Nada ni nadie.
“Papá las masturbación no es paja” le dije y ni se de donde me salió, quizás el choro caliente de agua venía con plus de ideas o la leche viscosa una vez fuera del cuerpo deja libre parcelas para que la ocupen pensamientos… no lo se, pero después de esa respuesta reinó el silencio que lo cortó la voz aguda de mamá: “Terminaron de hablar porque tenemos que cenar…” a lo que contesté “Si ma, claro, por lo menos yo acabé.”


Sebastián Iglesias

miércoles, 25 de junio de 2008

Lo de Paco

Se había retrasado 17 minutos. Me dijo “ ..llego en punto o un ratito antes porque tengo que salir a los piques para lo de Paco.”
¿Qué me dolía más? ¿lo impuntual? ¿qué se vaya a los pedos? ¿o que no fui invitado a lo de Paco?
Cuánta poesía había en casa de Paco, recuerdo los pisos de madera mal pulida y los balcones franceses de las ventanas que daban a Lavalle.
Una vez me pegué una mamúa importante, estaba completamente en pelotas y subido a los balconcitos me puse a mear para la calle, era época de milicos y un par de viejos buchones llamaron a la cana. Cuando sonó el timbre me mandaron a dar explicaciones. No se cómo pero me creyeron, hasta me pidieron disculpas los viejitos. Resulta que cuando se va la cana, sentí que tenía la bragueta baja y el viejo seguía hablándome del estado de sitio y la mar en coche, y mientras el viejo disertaba no tuve mejor idea que sacarla a tomar aire ante la mirada de sorpresa de la vieja (vieja puta resultó, no le dijo nada al marido de lo nuestro, de lo que él no vio).
Desde que me puse de novio con la ex de Paco, tengo la entrada prohibida a la casa, “cosas de códigos” decían mientras se iban de putas los jueves. Loco es que ahora la mina es mi ex y se la está poniendo un matón de Lopez Rega, un morocho que lo tenía bien junado a Paco, cosa que al principio me hizo agarrar la persecuta y uno piensa en boludeces no tan boludas: el exilio, la 22 en la mesita de luz, la esquina oscura... Pero no, “un pedo de concha tira a un buey” decía Rodolfo, el mismo que me dejó plantado, el mismo Rodolfo por el que ya miré 15 veces la vidriera con zapatos de saldo. Rodolfo tiene una cantidad de zapatos incomprensible, pensé. Los zapatos son como la comida, no se puede ostentar con zapatos habiendo tantos que andan descalzos, pero quién no tiene contradicciones, el Che y ya no está más.

Después de media hora me fui a lo de Paco, de una voy me dije, que se caguen. Cuando toqué, Paco me atendió seco y me tiró la llave por el balcón. Abrí y vi a los 5 que quedabamos, los muy pelotudos con bonete y guirnaldas me cantaban el feliz cumpleaños. No evité el flashback de foto blanco y negro. Todos volvimos a tener 10. La foto es un antes, un antes de recuerdos inocentes y alegrías.
Sebastián Iglesias

miércoles, 18 de junio de 2008

El fin de lo nuestro

El Pidió un café y giró tres veces la cucharita. No despegó la vista del pocillo como buscando respuestas que nunca iban a llegar.
Ella pidió una lágrima como siempre y no por capricho del destino. Sin pestañar observó cada parte de su amado, un cuadro por cuadro de gestos deformes, sin sentido, pero bellos.


El intento explicar. Textual:
Me duele aceptar que lo nuestro no es lo que está mal, porque lo que está mal es la realidad, por el sólo hecho de ser real y precisa, tan soberbia por la autoridad que le confiere lo cultural, deja a “lo nuestro” en lo imaginario.
Lo único que mantiene mi sonrisa es que por el mismo golpe de realidad, más que quedar en lo imaginario, “lo nuestro” se eterniza mágico y libre.
Si seguimos, no solo te condeno a mil esperas, si no que mato a la poesía que hay entre los dos.


Ella se sintió parte de lo real y lo vio como un espectro.
El desapareció sin tomarse el café.

Sebastián Iglesias

miércoles, 11 de junio de 2008

El Dia de Papá


Años felices, recuerdos en sepia.
Foto nostalgia gira al kaleidoscopio.
Nunca te vi enorme ni un héroe:
siempre tuve de padre a un padre.

Tus arrebatos de locura, dispersos
pero a tiempo, mis delirios de alegría.
No me acuerdo el día que perdí al niño pero extraño al padre del niño.

Ahora del otro lado del espejo
el inexorable reflejo del tiempo me grita...
me grita para cambiar la voz y el no lugar.
La mueca es parecida y el gesto de nobleza.

Tu silencio complejo casi omnipresente,
Tu sonrisa siempre terminaba en lágrima.
Tu birome roja era la fija, aun invisible a los teléfonos,
pasaba la vida en AM y los tangos entonados.

Un papa con todas las letras en el frío Avellaneda,
vecino y ajeno a los goles, hincha de tu hijo rojo y
eso no te pone colorado viejo.
El abrazo certero microsegundos de gloria e intensidad.

Feliz día papá, no se quién dijo que hoy debía decirlo.
Sin embargo miro todo a mi alrededor y te veo todos los días.
Donde dice tutor o encargado, lo borramos, borrémoslo claro.
Dice papá con todas las letras, y eso es mucho, todo.

Sebastián Iglesias



DISTANCIA



Juré no mirar atrás, adelante el recuerdo a futuro.
Ya no hay rutas que me acerquen a ningún lado
y es brea mezcla con sol la que nubla el horizonte.


No hay respuestas en noches de manos vacías.
La luz del pasillo encendida y mil espectros acechando.
¿Dónde quedó el color rosa del pasado?, ¿dónde quedo el pasado?


Tengo números sin prefijo 4 y un maldito jardín de cemento.
No hay margaritas, ni lagos, sólo un par de planos confusos.
Mil calles iguales con días 9 a 18, condenada.


Hoy desperté y me vi dormida.
Dormí un rato más me dije al oído.
Hoy no me da miedo estar a mi lado o dentro mío.
Sebastián Iglesias.

lunes, 9 de junio de 2008

Lo que dejó el Huracán


Veo amaneceres agitados, no es que todos salieron a correr el tren de las y diez.
Alguien prende el sol y le da respiro a la noche sin estrellas, a la pobre le da miedo la oscuridad.
Ahora me decís que me amás y tuve que hacerte lugar en mi butaca de Cine a sala llena.
Me decís que te compre un libro, el que yo quiera y nos vamos a una plaza a leerlo.
El semáforo no se pone en verde simplemente porque tus labios detienen todo alrededor y el tiempo no pasa, no pasa.
Me decís que te pida lo que quiera y vos lo hacés, te creo.
Mis miradas me van a traicionar, testigos serán quienes entiendan de ojos iluminados.
Mis manos tan pequeñas y escurridizas, no podrán evitar el roce cómplice entre la gente de cemento.
Hoy vi una mañana de 5 soles y brisas frescas y mi corazón latía siguiendo el ritmo de tus palabras.
Y es mi patio el que se inunda de nostalgias que no vivieron, baldosas mojadas de infancias cómplices.
¿Qué son esos recuerdos que no me pertenecen? Tan tuyos, tan íntimos que me avergüenzan.
Se iluminan las calles de un sol radiante y la humedad acecha, sin embargo el frío sureño es tan cálido.¿Quiénes son esos dos que se besan? Tan nuestros, tan íntimos que me avergüenzan.
Sebastián Iglesias

viernes, 6 de junio de 2008

Quebrarme












Otra vez apunto de quebrarme.
Y ya duelen los hachazos que me agrietan.
las paredes se agrietan y no es solo polvo lo que el ladrillo pierde.

Seis segundos de antesala, seis cabras premiadas.
Todos adentro del bracero disparando lenguas en llamas,
tu alma rastrera y los seis dedos de tu mano derecha.

No es un presagio ver descalzos.
En inviernos pies de algodón, descalzo el fuego.
Grito y desespero mil veces desesperadas.

Un timbre divulga el eco, nada de nadies.
Nadies de techos bajos, nausiabundos y oscuros.
Espacio de aire mudo, cavo palabras.

Otra vez apunto de ahorcar almohadas.
Y mirás desde la puerta con desaire,
alergias de pluma y soledad.

El sueño de los que no despiertan.
Destierra almas en penumbra, agitadas.
Al final siempre es nirvana.

Vuelvo al hueco de clavícula quebrada.
Madres quebradas y espermas ausentes, distantes.
Todo se ve nublado y no cambia en años.

En armarios con candado, ropa nueva de hace años.
El hígado atormenta mañanas en vías que asesinan hormigas.
Dormida dejo que pases y me quedo con tu olor.

No a lugar gritan los mundos privados,
gritan presente y se esconden.
Alzo la mano y no vienen las palomas.

Das de comer a mil bocas,
y mi mesa de tres es un milagro.
ahí están los santos, muertos los están matando.

Otra vez a punto de quebrarme
No necesito ver caras, las recuerdo.
Otra vez a punto de oxidarme.
Sebastián Iglesias

jueves, 5 de junio de 2008

LLAMAN ACIERTOS A LOS ERRORES


“...lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.” R.Walsh










LLAMAN ACIERTOS A LOS ERRORES


Para los sordos,
lo que quieren escuchar.
Para los ciegos,
morbo.
Para los ignorantes,
plasmas y celulares.
Para los humildes,
miseria.
Para los asesinos,
impunidad.
Para los libres,
cárceles.
Para los intelectuales,
persecución.
Para los diferentes,
discriminación.
Para los que están a favor,
paz.
Para los que están en contra,
terror.
Para los diferentes,
picana.
Para los millonarios,
oportunidades.
Para los corruptos,
negociados.
Para los desnutridos,
platos vacíos.
Para los conocidos,
36 dientes menos.
Para los exiliados,
¿Cómo se dice impotencia en francés?
Para los adolescentes,
Jugar a los soldaditos.
Para los bebes,
apropiación.
Para los desaparecidos,
algo habrán hecho.
Para los genocidas,
amnistía.
Para los memoriosos,
olvido.

Fue cuando la risa deforme,
me vino a cantar a la muerte.
Fue cuando el cargador vacío
se vino a llevar las ideas.
Fue cuando vi por última vez
tu cara en el pañuelo negro.

Sebastián Iglesias.

PAGANOS



Al Ozono destruido
bien vale una disculpa,
que con cuentos paganos
traicionamos.
Sol Dios que aún estás en el cielo
y otra noche dueña se adueña de
traiciones humanas, pensadas.
Millones de estrellas fugaces
en cita estelar: “hoy sol cancerígeno escupe llamas de fuego”.
Identidad condenada a la hoguera humana.

Al Dueño y Señor de la verdad amasada, pasada, pegajosa, sucia, pesada.
Siempre cerca del abismo moebius que de la belleza de lo imperfecto.
De la nobleza de la tierra, de lo que nace con raíz, aprendamos.
No creo en la justicia divina garante impune de la injusticia terrenal.
Creo en la violencia sanguínea del parto y el llanto del naciente, creo en el naciente,
Si señor y dueño de la verdad,
creo en el naciente y no en su condición infecta, pandemia de la ignorancia, patria de poderosos
que plantaron bandera: se vende no es lo mismo que se comparte.

Al que está mi lado, clon del que habría sido, dominado y nunca dominante,
creyendo en la utopía de alcanzar la felicidad por lo nuevo, no llega.
No llega si no más que en compañía de la condena del frustrado y nace orgullo dominante.
¿y la utopía de la utopía? Dominante y nunca dominado que en bosque de un metro cuadrado,
perdido, perdiste.

Al que está adentro mío, justo es que salgas y tomes el mando.
Que con este afán de ser humano me olvidé de pelear, con palabras que ni piensan,
con la presión del olvido soplándome la nuca y el destino esclavizado, atado.
Por mas que no este erguido, por más que mi cuerpo pegado al pupitre y la tinta ilegible
giro en penumbras entorno a tu ocio y lo mareo, si señor que está adentro mio, si a mi, si al que no renuncia, si al que soy por el que soy.


Sebastián Iglesias

lunes, 11 de febrero de 2008

CRONICA TV

La primera impresión que me dio fue la de un pobre tipo. Sumado a la resaca puso cara de idiota borracho y no sé qué me dijo... Olía bastante mal, supongo que estaría meado. En la alfombra había botellas vacías de todo tipo, “que bien me haría partírtelas una a una en la cabeza borracho de mierda” dijo mi voz interior.

Tenía que irme a trabajar y todo era un caos. Tomé una botella del piso, fui hasta el baño, la llené de agua, me acerqué y derramé todo el líquido en su rostro. Su cara de sorpresa, asco y odio por lo que estaba haciendo me alteró: “Apagó el incendio del amigo que alguna vez fue un gran músico... Esto no te gusta ¿no? borracho de mierda, seguro que si te tirase Vodka abrirías la boca y pondrías la mejor cara de boludo que tenés”, dije.
No pude evitar lo que sentía. El imbécil se puso a llorar, me quiso abrazar y lo saqué cagando, era mi casa y le pedí que la cuidara solo una noche. “Ahora te las tomás” le dije y lo agarré fuerte del brazo, arrastrándolo hasta la puerta. El bao lo perseguía y me dieron nauseas. El tarado seguía llorando y para ese entonces ya se me habían olvidado todos los momentos lindos que pasamos, sólo sonreí al recordar en un flash que, en la secundaria, él tenía un melena increíble, era la envidia del colegio y el día del sorteo de la colimba nos tenía amenazados: si le cortábamos el pelo nos asesinaba. El muy puto, ese día... cuando todos teníamos preparada la tijera, bueno... apareció absolutamente rapado... Desde ese momento decidí que lo quería como amigo. Pero ahora me estaba vomitando el pie y todo lucía diferente: “Mucha noche, ahora te ponés la Bikini y te vas a tomar sol al parque”, lo dije por decir algo estúpido y le cerré la puerta en la cara.

Estaba agotado, preferí quedarme a dormir y luego limpiar la mugre que dejó. Llamé al trabajo y di una tonta excusa. Mucho no me importaba si me creían, iba a utilizar por esta vez el privilegio de ser jefe y cagarme en todos.

Me desperté a la noche, prendí la tele y en CRONICA TV lo vi colgado de un árbol. El titular decía: ESTRELLA DE ROCK SE AHORCO EN EL PARQUE, LLEVABA PUESTA PELUCA Y BIKINI.
Entre bronca y mucho dolor, me vestí rápido, hice un par de llamadas para ubicar a su único hijo, luego fui a encargarme de lo que hiciera falta. Cuando caí que había muerto, en mi cabeza merodeaba una sola pregunta: ¿Quién le habrá dicho que se ponga peluca?


Sebastián Iglesias

4 años no se cumplen todos los días


Nacen sonrisas cómplices que desembocan en risas contagiosas.
Se electrizan bailes histriónicos de la belleza inocente.
Enciende melodías con nuevas lenguas y significados.
A corazones de canto rodado caricias gelatina de frutilla.
Te juro hija que prefiero que me enseñes tus juegos que mi ceño fruncido.
Elijo tus besos amorosos a mis cadenas de rutinas montañosas.
Si me desesperan tus lágrimas de cocodrilo imaginate un llanto desconsolado.


Asoman mañanas con abrazos gigantes de bracitos pequeños.
Se elaboran pruebas circenses, juro que me das pila aunque consumas mi energía.
A bostezos cansados cosquillitas que prometió no hacerle a papá.
Te juro hija que prefiero tus rompecabezas que mis laberintos con espejos.
Elijo tus peligrosas monadas a mis soberbias leonadas.
Si me desespera tanto vaso derramado es porque me da bronca que a mi... no se me caiga nada.


Feliz cumple amor.
Tu papá
Sebastián Iglesias

Mirando el primer café de la mañana


Son mil burbujas y nada que encerrar, explotan en micromundos de aire y se atraen, se amontonan esperando el final, es una ruleta rusa pero acá sucumbe el pez gordo, conviene quedarse pequeña. Booommm!!!
Ahí va la última, la más vieja, ¿qué tuvo de sabia, qué la mantuvo redonda, la soledad detona?
Sebastián Iglesias